· 3Relato, 16Aladino, VIISoler.
Por último, aquí se expone la creación literaria creada por el grupo de Eric Colomer, Pablo López, Roger Gallego, Daniel Galdón, respecto a la elaboración de un relato multimodal el cual se relaciona con algunos elementos literarios y multimodales de la obra de Aladino y la lámpara maravillosa.
RELATO LITERARIO.
Érase una vez en Jordania un joven árabe llamado Aladino que vivía con su padre. Su padre todas las
noches le contaba una leyenda, pero un día le contó la leyenda de las mil y una noches, la cual decía
que si pasas mil y una noches en la cueva de Wadi Rum aparece una lámpara maravillosa con un genio
que es capaz de cumplir 3 deseos si reunes los 7 anillos llamados horrocrux.
Al joven Aladino le despertó tanta curiosidad esta leyenda que decidió emprender un viaje hacia esta
cueva para hacerse con la lámpara. Pero claro, tenía que pasar en esa cueva mil y una noches y eso
era peligroso. Entonces, decidió llamar a su amigo Shang-Chi para que le ayude en esta aventura.
Al cabo de unos días, Aladino y Shang-Chi iniciaron su aventura y visitaron la cueva. Al llegar a
esta estaba totalmente oscura, pero esto no les provocó demasiado miedo ya que su ilusión por
adentrarse en esta era muy grande. En la cueva había una gran cantidad de tesoros, desde monedas
de oro hasta grandes diamantes; había todos los tipos de joyas y riquezas, menos aquella lámpara
maravillosa. Por tanto, decidieron pasar juntos las mil y una noches para que apareciera el tesoro que
faltaba y que tanto ansiaban: la lámpara maravillosa.
En la última de las noches oyeron una fuerte tormenta, y un rayo cayó dentro de la cueva, todo se
sacudió, y allí justo en el lugar donde cayó el rayo, apareció esa preciosa lámpara. Los dos quedaron
asombrados al verla, y no dudaron un instante en ir a por ella. La lámpara estaba toda cubierta de
polvo. Entonces, Aladino y Shang-Chi la limpiaron y rápidamente la frotaron. De aquella lámpara
emergió un genio gigantesco y de color azul. Ambos se alegraron mucho porque pensaban que lo
habían conseguido y los dos pidieron su primer deseo. Pero tal fue la sorpresa cuando el genio les
contó que no habría ningún deseo si antes no conseguía siete anillos llamados horrocrux, los cuales
están perdidos por el mundo y sirven para activar la magia.
Aladino y Shang-Chi, sin dudarlo un momento, se echaron a las calles y empezaron
a buscar los siete anillos. Pero no sabían que debían darse prisa, el genio les había
engañado, ya que él no podía conceder ningún deseo. El encargado de conceder los
deseos era un dragón llamado Shenron que es el que realmente debería habitar en la
lámpara, pero este solo puede salir cuando quién pide dichos deseos reúne los siete horrocrux.
Así que el genio, que también quería esos tres deseos, estaba convencido de hacerles
frente para conseguirlos.
Después de una larga búsqueda por Jordania vieron que no encontraban ninguno de
los horrocrux y fueron al puerto de Aqaba a buscar algún valiente marinero que les
ayudara a surcar los siete mares en busca de los siete anillos. Después de preguntar
a todos los marineros del puerto, a todos les dio miedo la propuesta de los dos jóvenes,
excepto a uno. Este se trataba de un marinero de gran prestigio llamado Simbad conocido
por querer ser el rey de los siete mares. Por tanto, Aladino le dijo que le nombraría rey
de los siete mares si les ayudaba a conseguir los anillos, ya que para ello debían surcar
todos y cada uno de los siete mares.
Simbad tenía un gran barco en el que llevaba a cabo todas sus travesías, y en el cual se
embarcaron los tres aventureros para este nuevo reto. El primer viaje fue largo y duro
pero, finalmente, llegaron a un reino conocido porque ahí siempre se pagan las deudas.
El rey de este lugar se llamaba Geofrey y era muy malvado, tan malvado que para
hacerse con el trono envenenó a su tío. Vieron que en su dedo tenía uno de los horrocrux.
Pero este rey era tan poderoso y tan malvado que no se atrevían a enfrentarse a él.
Entonces, Aladino recordó una vieja leyenda que le contaba su padre que trataba sobre
40 ladrones que aparecían si dices las palabras mágicas “aparecete sésamo”. Pero no
todo iba a ser tan fácil, pues se necesitaban cuatro personas que dijesen las palabras
mágicas, y ellos eran tres. Se quedaron desolados porque no encontraban solución,
sus caras lo decían todo, parecía que la aventura llegaba a su fin. En ese instante,
apareció un oficial británico de policía, llamado Lawrence. Estos, desesperados, le
cuentan la historia. Esto despierta un gran interés en Lawrence que les promete su
ayuda a cambio de uno de los deseos.
De esta manera, una vez todos de acuerdo, nombran las palabras mágicas. En unos
segundos aparecen alrededor de 40 ladrones armados con llaves espada. Aladino les
contó el plan, el cual consistía en robar el anillo al rey Geofrey sin derramar sangre
y dárselo a él. Los 40 ladrones obedecieron sin rechistar y en poco tiempo estaban
de vuelta con el anillo. Una vez que Aladino y sus amigos tenían el anillo, los ladrones
desaparecieron al instante porque ya habían cumplido su misión.
Los cuatro aventureros llevaban un día muy ajetreado y estaban hambrientos, y
fueron al mercado del pueblo a por cuatro bocadillos y una botella de gaseosa. Pero
se llevaron una gran sorpresa al ver que al abrir la botella de gaseosa emergió de
ella una alfombra mágica con la cual podías desplazarte volando rápidamente.
Ya que ahora podían desplazarse más rápido, preguntaron por todos los rincones
por los horrocrux, muy poca gente los conocía. Finalmente, un mercader les habló
de Indiana Jones y Nathan Drake, dos exploradores que poseían uno de los horrocrux.
Cuando los encontraron les explicaron su historia y su travesía. Estos se ofrecieron
a darles el horrocrux, pero no a cambio de nada. Querían explorar lugares nuevos,
así que necesitaban un barco. Simbad les ofreció el suyo, muy a su pesar, pero ahora
con la alfombra no lo necesitaban, y con los deseos iba a ser el rey de los siete mares
y a conseguir uno mucho más grande.
Ya tenían dos horrocrux, pero todavía les faltaban cinco. Así que continuaron su
viaje. Llegaron a un reino donde había una princesa encerrada por sus hermanastras
en una torre, esto les causó curiosidad, pensaron que debía ser algo muy gordo. Los
cuatro aventureros estaban decididos a conseguir los anillos, ya nada les iba a parar,
cualquier indicio era una posibilidad de avanzar, así que decidieron entrar en la torre.
Con la alfombra mágica entraron por la ventana, para encontrarse directamente con
la princesa sin tener que enfrentarse con las hermanastras. Cuando entraron a la
habitación de la princesa, esta les explicó su historia, les dijo que sus hermanastras
no le dejaban salir porque tenía un zapato de cristal mágico, que cuando se lo quitaba
se convertía en un anillo. La sorpresa de los cuatro aventureros fue mayúscula
cuando esta se quitó el zapato y se convirtió en el horrocrux. Estos le contaron
su historia a la princesa, la cual les dio el anillo sin problema ya que era su condena,
y a causa de él estaba presa en la torre.
Ya con tres anillos, siguen su viaje. Llegaron a un pueblo donde celebraban una
festividad, esto les creó curiosidad y se quedaron a observar. Sus habitantes les
informaron que se trataba de la fiesta de moros y cristianos, donde representan
una batalla histórica entre ambos bandos, y desfilan y bailan acompañados de
middle eastern music. Se sentaron en un bar a comer, y oyeron rumores sobre
un tal señor de los anillos. Un genio azul que tenía cuatro anillos, que andaba por
la ciudad en busca de más riquezas. Estos se dieron cuenta de que el genio era
un farsante, y solo quería que lo sacaran de la lámpara para conseguir él los deseos.
Acudieron en su búsqueda inmediatamente y muy enfadados. Lo encontraron en
la plaza del pueblo pavoneándose de ser el hombre con más anillos del lugar. Se dan
cuenta que los cuatro solos no podían vencerle, ya que este era muy poderoso, así que
deciden buscar ayuda en todos los amigos que habían hecho durante la aventura:
Indiana Jones, Nathan Drake, la princesa del zapato de cristal y los 40 ladrones.
Fueron a buscarlos uno a uno con la alfombra mágica y volvieron al lugar donde
se encontraba el genio. Mientras se enzarzaban en una discusión, Aladino dijo
delante de toda la plaza que el genio era un farsante y que les había engañado.
Ellos, contando la verdad, y ayudándose mutuamente, habían conseguido hacer
muchos compañeros y poner al pueblo de su parte. Aladino le dijo que se rindiera
o lo derrotarían entre todos, el genio abochornado por todo lo que habían dicho de él,
y consciente de sus escasas opciones de vencer se echó a correr. Estaba tan asustado
y tan centrado en correr lo más rápido posible que no se dió cuenta que Aladino,
junto a su alfombra mágica, le había quitado los cuatro horrocrux.
Allí mismo, en esa plaza, al juntar los siete anillos, de estos surgió una explosión
de humo y de esta sale un enorme dragón llamado Shenron, el cual es el encargado
de conceder los tres deseos. Aladino, para cumplir las promesas que había hecho
en su aventura, pidió un barco nuevo para Simbad, para que se convierta en el rey
de los siete mares. Como también prometió un deseo a Lawrence, dio paso a este
para que pidiera su deseo, el cual orgulloso de la ayuda de todo el pueblo, pidió
riquezas para todos sus habitantes. Aladino vio que solo quedaba su deseo, pero
al ver todos los problemas que había causado el genio, decidió que en lugar de pedir
algo material su deseo iba a ser que desapareciera el genio malvado y que el dragón
Shenron volviera a su verdadero hogar, la lámpara maravillosa.
Y de este modo, Aladino se dio cuenta que no había conseguido nada material,
debido a las promesas que hizo a lo largo de su aventura. Pero en cambio,
pudo ayudar a mucha gente a conseguir lo que quería y a hacer muchos nuevos amigos.
Aladino vivió una aventura inolvidable.
Además cuenta con la realización de un relato multimodal realizado por los propios componentes del grupo y el cual podemos encontrar en la siguiente url: https://www.storyjumper.com/book/read/116022502
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