Hola, somos el grupo Escuadrón literario y aquí podréis ver nuestro relato. Esperemos que os guste. También os dejamos el vídeo de nuestro relato.
Escuadrón Literario. (2020). Relato Multimodal Aladino. [vídeo] (04min. 32s.)
Recuperado de: https://youtu.be/0vxkUIB01wg
Simbad el Marino se embarcó en uno de sus innumerables viajes. Partió desde el Medio Oriente cuando los primeros rayos de sol anunciaban su llegada a la ciudad de Bagdad, su ciudad. Esta vez, impulsado por una leyenda, surcó el Océano Índico en busca del bazar de alfombras más conocido del planeta, regentado por el conocido ladrón Alí Baba. Allí esperaba encontrar esa alfombra mágica de la que tanto hablaban, pero, sin ninguna coordenada exacta del lugar, era prácticamente imposible encontrar la tienda en esa extensa tierra. Decidió enviarle un mensaje a su amigo Harry Potter, según le había contado conocía bien esas tierras.
El joven mago acudió en su ayuda y se ofreció a acompañarlo con su escoba mágica, ya que el trayecto sería mucho más corto de esta forma. Una vez allí pudo conocer por fin al ladrón de los ladrones, el cual había mejorado su vida trabajando de forma honrada en una tradición familiar. Entre los pasillos de la tienda, mientras buscaba la alfombra, se topó con tres jóvenes encantadoras, que además eran mellizas. Estas conocían bien la leyenda de esa increíble alfombra y no dudaron en contarle la historia detrás de ella e indicar en qué pasillo se encontraba. Simbad pagó una increíble cantidad de dinero que consiguió en varios de sus viajes, no podía esperar a comprobar si aquello que la leyenda contaba era cierto.
Con la gran torpeza que caracteriza a alguien que viaja por primera vez en alfombra voladora se alejó del bazar tomando rumbo desconocido. Decidió hacer una parada de descanso para recomponerse, pero de pronto aparecieron dos héroes con cara de pocos amigos, Perseo y Hércules, esos que no descansaban hasta conseguir su propósito. Ambos tenían prohibida la entrada al bazar, pues se les había asignado la misión de robarla, pero nadie gana en este asunto a Alí Baba. Por ello, decidieron atacar a alguien que no tuviese tanto conocimiento en las artes del hurto y así conseguir aquella misión.
Aún y la fuerza por la que se les conoce desde los tiempos de los dioses antiguos, no tuvieron que hacer uso de ella. Simbad, agotado de tanto trote y vuelta con la alfombra cayó en un largo sueño bajo la sombra de una palmera, dejando la preciosa alfombra desatendida. Lo que iba a ser una pequeña siesta se convirtió en horas de sueño y para cuando despertó, la alfombra había desaparecido. Desconcertado y sin saber qué hacer, decidió volver al bazar y pedir ayuda, el dueño decidió poner el asunto en manos de otro ladrón amigo suyo, Robin Hood, aquel al que las injusticias le hacían desquiciar.
Este justiciero escuchó su historia y decidió montar una patrulla justiciera formada también por los espadachines más conocidos en las tierras francesas, los tres Mosqueteros. Juntos se desplazaron al lugar de los hechos donde analizaron todas las pistas que pudieron encontrar. Una de estas pistas eran unas huellas que continuaban hasta una pequeña casita apartada de la civilización donde vivían dos hermanas, Úrsula y Maléfica.
Estas habían sido apartadas de la sociedad después de haber hecho de las suyas y les contaron a los justicieros que habían pasado unos jóvenes vigorosos frente a la casa pidiendo comida. Ellas al sentirse tan solas decidieron poner algunas de sus pócimas en su comida para hechizarlos. Por eso, ahora estaban en el granero de la casa alimentando a los animales, habían conseguido que, bajo el hechizo, aceptaran quedarse con ellas para siempre y ayudarlas en los enseres de la casa, ahora sí que vivían como verdaderas reinas.
Con las súplicas de Simbad decidieron devolverle la alfombra, pero bajo una condición, este pasaría a visitarlas cada vez que realizase un viaje. Sus dos acompañantes eran bellos y fuertes, pero nada mejor que una conversación con alguien que había visto tanto mundo.
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