Por último, os mostramos el relato escrito por el grupo las Nefelibatas:
Colon Calvo, Almudena; García López, Ainhoa; Larrosa, Marta; Mollá Castelló, Eva; Pérez, Ainhoa; Torqui, Ghizlane.
El niño Jafar
¿Por qué siempre tengo que ser el antagonista en todas las pelis? Cómo por ejemplo:
Clements, Ron (Director). (1992). Aladdín [Película]. Walt Disney Feature Animation. Por no hablar de los musicales… Si no que se lo digan al grupito teatral de la compañía Onbeat Regueira, A. M. (2019). La lámpara maravillosa, El tributo a Aladdin.
Madrid: Teatro Cofidís Alcázar. representándome siempre como un hombre sin escrúpulos. Y es que todavía no conocéis mi versión. Veréis, os lo puedo explicar….
Hace mucho tiempo, cuando todavía los cerdos usaban sombrero, habitaba en el desierto de Bagdad un humilde matrimonio. Jafar, era el nombre que el Yesquero del pueblo le había aconsejado a su madre. Y así es como se llamó el pequeño de la casa. Le encantaban los relatos árabes sobre la magia y los conjuros y su papá siempre le leía Aladdín de las Mil y una Noche antes de ir a dormir. No obstante, la obsesión era tan contundente que el pequeño Jafar frotaba todas las noches su taza azúl, por si casualmente se le aparecía de forma inesperada algún genio por arte de magia. Jafar siempre escuchaba a mamá decir que su papá era el rey de la casa. Y como quería tanto a su madre, estaba dispuesto a hacer lo que fuera para que sus sueños se hicieran realidad. Papá falleció, al igual que le ocurrió al niño ese huérfano y moribundo del pueblo, al que llamaban "El resplandeciente".
Un día mamá le trajo un cuento de esos que tanto le gustaban. Tenía buena pinta a pesar de la portada. Y decía así: Del Valle Inclán. (1916). La lámpara maravillosa. Para su sorpresa, era una especie de guía dedicada a artistas del mundo. Hablaba del lado oscuro del Universo. Pensó en una cueva. Pero no en una simple cueva. ¡Sino, en una tan oscura como la de Alí Babá y los cuarenta ladrones de Maxfield Parrish!
-¿Os imagináis encontrar una cueva llena de oro? ¿Quién escondería sus monedas de oro en una cueva?
El pequeño Jafar creció, y papá y mamá ya no estaban para cuidarle. Sin embargo él sabía cuidarse solito y no había nadie tan tozudo como él. No descansaría en paz hasta cumplir el sueño que tanto anhelaba:: "llegar a ser un rey como su papá". Pero no el rey de la casa que todos estamos pensando. No. El rey/ sultán de toda Bagdad. Decidió redactar una carta, en la que poder trasladar de manera ilustrada sus deseos a la alta nobleza, para que los hicieran realidad, así como sucedía en el cómic del pequeño sultán Vázquez, M. (1951). El pequeño Sultán. Ediciones Cliper. Por contra, sus peticiones fueron canceladas. Era una noche triste para él, pues jamás podría convertirse en el rey que tanto ansiaba. No entendía por qué unos tanto y otros tan poco. Sentado en la alfombra del salón, recordó el cuento de Aladdin que tanto le agradaba que su papá le contara. Anhelaba su tierna voz. Y el besito de buenas noches tras la lectura. Es entonces cuando comprendió que no hay mayor riqueza que poder apreciar el valor de los detalles. Y que ser el rey, tan solo significaba apreciar el tiempo presente y hacer de él una verdadera maravilla.
Para muchos, el malo siempre seguirá siendo el malo. Para otros, siempre tendrán la ocasión de leerme y de darme una segunda oportunidad. Recuerden que ustedes tan sólo conocen la parte en la que luché por conquistar el trono. No se olviden de indagar y completar con otras versiones. Aquí se acabó el cuento, como me lo contaron te lo cuento.
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